6 de cada 10 personas tiene algún tipo de enfermedad venosa (arañas vasculares, varices tronculares, trombosis venosa y ulcera por estasis venoso). Es una de las enfermedades más frecuenta del mundo.
De acuerdo con los consensos actuales el nombre correcto para este problema es Enfermedad Venosa Crónica, quedando el tèrmino Insuficiencia Venosa Crónica para los estadios avanzados de la enfermedad.
Los trastornos venosos crónicos incluyen una amplia gama de problemas funcionales y morfológicos del sistema venoso, independientemente de que produzcan síntomas o no.
Desde el año 2009, fecha de publicación del Consenso VEIN-TERM1, se define la enfermedad venosa crónica (EVC) como aquella situación patológica de larga duración derivada de alteraciones anatómicas o funcionales del sistema venoso que se manifiestan por síntomas y signos que necesitan estudio y tratamiento.
La alteración fundamental es la hipertensión que afecta a las venas, producida por el reflujo (la sangre circula al revés) y la obstrucción de las venas (la sangre no puede circular). En ambos casos la sangre se acumula en la parte baja de la pierna.
El diagnóstico y la evaluación del tipo y extensión de la enfermedad venosa crónica se realiza mediante historia clínica, examen físico y es imprescindible realizar estudios no invasivos como el eco Doppler dúplex color venoso, estudio que debido al tamaño de las piernas y las múltiples estructuras venosas toma de 30 a 40 minutos en manos expertas y, hasta 2 horas en operadores poco entrenados. El paciente debe realizar varias maniobras para obligar a la sangre a moverse y poder detectar correcta el sentido en el que fluye.
El Doppler dúplex a color es un estudio por imágenes no invasivo que permite observar en tiempo real el flujo sanguíneo en las venas de las piernas. El flujo sanguíneo se representa mediante un código de colores sobrepuesto a la imagen anatómica producida por la máquina de ecografía, junto con un gráfico que reporta la dirección y la velocidad del flujo.
Los síntomas más frecuentemente asociados con la enfermedad venosa crónica son las piernas cansadas, pesadez, sensación de calor o dolor en las piernas al pararse o sentarse por largo rato, prurito y por supuesto afectación estética.
Estos síntomas se agravan con el clima caliente y en el período premenstrual y mejoran al elevar las piernas. Las lesiones que ocasionan la enfermedad venosa en un determinado paciente, la extensión y la gravedad de esta se evalúan mediante diversas pruebas siendo las principales el Doppler dúplex a color y la Pletismógrafia venosa.
Los signos incluyen telangiectasias (arañas vasculares), varices en sus diferentes tipos: reticulares, colaterales o tributaria y tronculares. Edema, por lo general aparece solo en una pierna, cambios tróficos en la piel como manchas ocres, dermatitis, eczema, lipodermatoesclerosis y por último aparece la ulcera venosa, condición que deteriora la pierna y afecta la calidad de vida. Esta enfermedad también es responsable de las trombosis venosas
La EVC evoluciona hasta alterar las paredes venosas y las válvulas que están en el interior de la vena se deforma impidiendo que se cierren tras el paso de la sangre. Estas alteraciones también pueden ser causadas por una trombosis venosa.
El elevado número de personas afectadas por EVC hacen que esta enfermedad represente el 2% del total del gasto en salud, tiene un impacto importante en las bajas laborales.
Sin duda, la ulcera venosa es la condición que más recursos consume, estimándose un costo anual de 9.000 dólares por ulcera si se trata en clínica no especializada, pues tienden a ingresar el paciente para administración de antibióticos, dando al paciente de alta prácticamente en las mismas condiciones que ingreso, para luego remitirlo a la Centro Vascular donde debió ser atendido desde el principio. Las ulcera venosa se trata con terapia de compresión y apósitos especializados, que se cambia una vez por semana y en caso de ser necesario se indicaran antibióticos administrados ambulatoriamente.
El embarazo y la obesidad son factores que impactan en la enfermedad agravándola. Un 40% de las mujeres embarazadas tendrá algún grado de enfermedad venosa, cuyos síntomas suelen desaparecer al dar a luz.
El índice de masa corporal 25-30 kg/m2 se asocian con enfermedad venosa no intrínseca a las venas, sino por sobrepresión abdominal sobre estas, hinchándose ambas piernas.
El deterioro de la calidad de vida está determinado por la gravedad de los síntomas y signos, el tipo de trabajo.
En la enfermedad venosa crónica no es prevenible debido al factor no modificable que la produce: Con esta enfermedad se nace, es hereditaria, es comun ver a abuela, mama e hijas con varices.